jueves, 25 de julio de 2013

Llámame siempre que puedas.

Irene, era una mujer normal, con aptitudes normales. Le gustaba pasear con su perro e incluso leía muchas historias románticas. No creía en el amor, esa palabra no entraba dentro de su vocabulario ni de su vida real. 
Su único entretenimiento, era estar con su animal en un banco al lado del lago, con su libro favorito que había leído miles de veces en el brazo izquierdo.
Cuando creyó que había estado suficiente tiempo leyendo, abrió una bolsa que llevaba encima siempre, sacó tres trozos de pan, y mientras se las echaba a los patos del lago, ella murmuraba.

- Tengo ya 30 años y nunca he encontrado a amores verdaderos, ni tampoco una persona queme haya echo rematadamente feliz. Admito que siempre he sido muy cerrada para estas cosas, para que negarlo una vergonzosa total. He estado con patanes, que ni en el primer mes me han hecho feliz.
Su perro, la miraba, la escuchaba. Su dueña giró la cabeza y se encontró a su terry mirándole.
"Que curioso,-Pensó- parece como si entendiese mis problemas, mis calentamientos de cabeza". 
Le dió un largo beso en la cabeza, le acarició el lomo y siguió haciendo lo de siempre. 

La vida, no es como tu esperas que sea. Te imaginas, que trabajaras en lo que te gusta, te compraras una casa grande con un jardín inmenso decorado con figuras de piedra. Adornarás tu casa como más te gusta, ya sea moderno como antiguo. Tendrás 3 habitaciones, para tus hijos. Atesorarás un marido que al llegar de trabajar, se le ilumine la cara por estar contigo, y hacerte el amor loca y apasionadamente como si esas 8 o 10 horas sin ver a su mujer hubiesen sido una eternidad. Pero mientrasvas creando esa historia en tu cabeza, la vida pasa, o eso es lo que se creía Irene. 
Lo que ella no sabía es que lo que tu puedes imaginar, se puede llegar a cumplir. Era una chica muy negativa, y nunca admitió que a ella podrían depararle cosas maravillosas, cosas que ni ella misma podría crear en su cabeza.Pasó un hora, en la que ella estuvo sumergida en un mar de preguntas y pensamientos, pero lo que ella no sabía, es que había una persona, donde cada día iba a la misma hora, para admirar a Irene. Le fascinaba observar como aquella morena y débil mujer, dejaba todo en su tiempo, para hechar alimentos a los animales y leer siempre la misma novela. 


Continuara.....


Yellow smille.

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